Algo dentro de mí, me indica que estoy siendo injusta.
Injusta conmigo misma, por privarme de sonreír cuando me aferro a algo imposible y las lágrimas aparecen. Pero caigo en la cuenta que la vida sigue y no tengo que creer que el mundo se acaba por alguien que te ha quebrado el corazón. Debo de ser fuerte, aunque me esté muriendo por dentro. Estoy a tiempo de ser quien soy, reconstruir mi identidad y dejar volar a mi mente, la que tanto tiempo se enredó con pensamientos confusos.
Quiero vivir, no morir por un disparo de cruda realidad, de mirada frívola y sentimientos opacos
No hay comentarios:
Publicar un comentario