-Como sigas mirándome así, es posible que me deje.
-Eres demasiado bueno para ser verdad. La voz de mi conciencia no para de decirme que tengo que salir corriendo antes de que sea demasiado tarde.
Eres un asesino en serie ¿verdad?
-No vas a dar tu bazo a torcer ¿eh?
-Mira, soy realista y acaban de destrozarme el corazón. Tu has sido muy amable conmigo y no se porque. Pero es que este tipo de cosas no pasan en la vida real. El príncipe azul no siempre llega al rescate. La mayoría de veces esta demasiado ocupado con la capulla y perfectisima Cenicienta y sus perfectos picecitos como para prestarnos atención a las demás.
Hola Megan! Como estas? Espero que bien.
ResponderEliminarComo siempre es un placer pasar por tu blog y leer tus hermosas entradas.
"El principe azul no siempre llega", cuanta verdad en esa frase!! En realidad, el principe azul no existe. Lo que existe somos nosotros, simplemente personas. Y a veces, por mas que nos cueste, hay que aceptar que la unica persona que puede salvarnos somos nosotros mismos.
Besos.
Pau.
Hola preciosa! Muy bien y vos?
EliminarEs verdad que el principe azul no existe pero cuando de repente llega ese "principe" nos negamos a creerlo y asi es como acaba la historia
Yo creo que el verdadero príncipe es que llega en el momento justo, Megan. Eso le da más emoción al encuentro. El hecho de que llegue cuando tu corazón más necesita un abrazo, una palabra, un poema, una canción de amor, lo hace más príncipe todavía. Y tampoco creo que el pasado tenga que ser un referente. Las historias del pasado no tienen porqué repetirse en el presente. Yo llevo ya siete roturas de corazón, y estoy convencido que aunque sufra otras cien, al final acabaré encontrando el equilibrio
ResponderEliminarUn besito preciosa, y que tengas una noche llena de príncipes azules y caricias en tu corazón.