Te quiero a las diez de la mañana y a las once, y a las doce del día. Te quiero con toda mi alma y con todo mi cuerpo, a veces en las tardes de lluvia. Y siempre vuelvo a quererte, cuando nos acostamos y siento que estas echo para mi, que de algún modo me lo dicen tus rodillas y tu vientre, que mis manos me convencen de ello, y que no hay otro lugar en donde yo me venga, a donde yo vaya, mejor que tu cuerpo. Tu vienes todo entero a mi encuentro y los dos desaparecemos un instante, nos metemos en la boca de esos te amo...
Todos los días te quiero... Y pienso; que bien me encuentro solo con mirarte. Digo yo, que estaré dentro de unos de esos sueños.. Ya ves, ¿Quién podría quererte mas que yo?
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