Recuerdos de medianoche

Esa tarde él encontró su destino y yo el mio.
Dicen que cuando uno encuentra el amor de su vida, el tiempo se detiene. Y es cierto. El tiempo esa tarde se detuvo mientras me sumergía en sus pupilas con cada respiración, mientras lo amaba con cada beso lleno de pasión.
Lo que no dicen es que cuando el tiempo comienza de nuevo va a doble velocidad para recuperar los segundos robados.

Tú no sabes que amo cuando coges aquella actitud seria, mientras me miras profundamente a los ojos y me dices que soy hermosa. Creo que es el único momento en el cual mi suprema modestia no logra desmentirte y tú sabes bien que esos casos e...

n mi son raros.
No sabes que estar entre tus brazos me hace sentir paz y tranquilidad, me hace venir ganas de no separarme de ti, y aun así me alejo poco a poco, porque sé que podré seguir mirando aquella sonrisa que incita la mía a salir.
No sabes que aveces me da miedo que de un momento a otro desaparezcas y que por eso suelo acariciarte el rostro solo para cerciorarme que estás conmigo. Ahí.
Tampoco sabes que hasta los besos en la mejilla que te doy destilan todo el amor y la ternura que en mis labios pueda caber; no sabes que me gustan las rosas y que aun espero la tuya en silencio; no sabes que realmente te amo con locura y tampoco te lo imaginas.
Y así, amor, no sabes tantas cosas de mi. Y yo solo estoy aquí, sentada esperando a que quieras descubrirlas.